viernes, 7 de febrero de 2020

Despedida al padre Javier Lana Etayo en Iranzu

Iranzu llora, Iranzu está de luto de nuevo. Recientemente despedíamos al Padre Jesús Jiménez  y sin recuperarnos de la tristeza y el vacío que nos dejó, hoy nos toca decirte adiós querido tío Javier. Aquí, en Iranzu comenzaste tu vida teatina, siguiendo la llamada de Dios a la vida religiosa, una vida de entrega total, sin miedos con humildad y alegría, con dedicación.

Elegiste la vida religiosa y misionera de la que estabas especialmente orgulloso y satisfecho. Nos encantaba escucharte hablar de esa etapa tan significativa de tu vida allá por tierras africanas.

Cuando hablabas de tus años en Burundi tu cara se iluminaba. A pesar de haber vivido momentos delicados y difíciles, mantenías vivo el recuerdo, leías y escribías a diario en esa lengua que dominabas a la perfección, hasta que la enfermedad te privó de ello.

Silencioso, tímido, entregado a la obediencia, a la pobreza, con una pequeña maleta, en su mayor parte ocupada por libros, has recorrido este mundo, has ido allí donde se te asignó, sintiendo la llamada de Dios en cada momento y siguiendo las directrices de San Cayetano. Ahora partes y te llevas todo nuestro cariño y admiración.

Tus últimos días no han sido fáciles para todos nosotros pero principalmente para ti. A pesar de todo no has perdido ese tímido sentido del humor que te caracterizaba. Hoy te decimos, no adiós, sino hasta siempre porque permanecerás vivo en nuestros corazones.

Queremos dar las gracias a la familia y teatina de Iranzu por su dedicación, por sus cuidados y por su familiaridad y acogimiento. Gracias Silvia por hacer que está enfermedad haya sido más llevadera, por tu cariño, delicadeza y exquisito trato hacia el tío. Gracias a todos. Loli Lana Zabala.